La
serpiente Sabanera o Tierrera
La serpiente Sabanera es
nativa de la altiplanicie cundiboyacense, es un ofidio que tiene la capacidad de
soportar el frío y la altitud de esta región de la cordillera oriental de
Colombia, el hecho que habite entre los 2000 y 3300 metros permite entender que
esté presente en los departamentos de Cundinamarca, Boyacá, Santander y Meta. Esta
serpiente es un reptil delgado y de una longitud pequeña, gusta de vivir en
áreas abiertas, su vida es semisubterránea, vive periodos de tiempo prolongados
debajo de la superficie del suelo, aquí encuentra alimento, efectúa
excavaciones y se protege de ataques de animales más grandes. La serpiente Sabanera
en el dorso puede ser de color negro, café, gris azulado, gris oscuro; en el sector ventral
presenta colores amarillo claro, anaranjado, verde limón, con manchas negras.
Algunas serpientes enseñan en su piel, desde su cabeza hasta la cola, anillos
de colores amarillos y rojizos. Tiene una cabeza pequeña, la cual al no ser
prominente no se diferencia de manera notoria del resto de su cuerpo, que es
cilíndrico, no voluminoso, sus ojos son pequeños y redondos (véase fotografía
No. 1). Estas serpientes pueden llegar a tener una extensión de aproximadamente
40 cms., las hembras poseen un cuerpo de más tamaño que el de los machos. La
serpiente Sabanera o Tierrera no es agresiva, no es venenosa, no muerde, su
comportamiento es tranquilo y repta lentamente, suele evadir a los seres
humanos. La serpiente Sabanera es de la familia Colubridae, subfamilia Dipsadinae,
género Atractus, especie Atractus crassicaudatus, clase Reptilia, orden Squamata y suborden Serpentes,
infraorden Alethinophidia.
La serpiente Sabanera se
halla en áreas abiertas, en terrenos con una humedad relativa alta. Gustan de
los suelos humíferos, en los cuales se pueden introducir con facilidad, excavar
la tierra y establecer allí su morada, también buscan ocultarse y morar bajo
ramas y troncos de árboles caídos, incluso debajo de piedras medianas y
grandes. Dado que su cabeza es muy pequeña, su cuerpo cilíndrico y delgado, puede
desplazarse con facilidad y meterse en el interior de la tierra (véase
fotografía No. 2). En estos suelos húmedos y con materiales orgánicos que se
biodegradan la serpiente Sabanera o Tierrera vive entre insectos, raíces y
otros animales pequeños. En dicho medio ambiente las hembras ponen sus huevos y
las crías nacen transcurridos varios meses, en el otro periodo lluvioso que
sucede en el altiplano cundiboyacense, entre octubre y diciembre. En la Sabana
de Bogotá se encuentra en áreas verdes conservadas, en bosques, en humedales,
en laderas de los ríos, en pastizales, en potreros, en parques, tanto en el
sector rural como en el urbano. Suelen vivir en lugares húmedos, próximos a
donde el agua fluye como ríos y quebradas o en donde está depositada.
En sus desplazamientos por
el suelo estos ofidios se mueven lentamente entre la hierba y la tierra, pueden
excavar e introducirse en esta última, al hacerlo la aflojan y airean, esta
capacidad que tienen de penetrar en la tierra y de vivir en su interior hace
comprensible que la llamen también “Tierrera”. Suele alimentarse de lombrices
de tierra, gusanos, moscos, zancudos, arácnidos y otros insectos de dimensiones
menores. Cumple un papel ecológico en los ecosistemas que habita dado que
controla las poblaciones de varias especies de insectos. Es una serpiente que
ha estado muy amenazada de extinción por la violencia que sufre de los seres
humanos (quienes creen que son peligrosas y las matan), por la destrucción de
su medio ambiente, por ataques de animales como perros, gatos, ratas y aves ofensivas
y rapaces. Son animales que llevan siglos viviendo en la altiplanicie
cundiboyacense, a pesar que hemos alterado y reducido su hábitat y que han sido
menospreciados, son dignos de respeto y
que se les trate con delicadeza. Además, merecen que sean más estudiados y que
los conocimientos sobre ellos se difundan entre los habitantes del sector rural
y de las ciudades de esta región de la cordillera oriental para que de manera
comprensible se respeten y aprecien.
En Bogotá, las serpientes Sabaneras
se pueden encontrar en los humedales, en los taludes de quebradas y ríos, en
potreros, en parques, en franjas de césped, en pastizales, en las rondas de
canales de ríos. No es extraño verlas deslizándose en andenes, senderos y sobre
las calzadas de vías, en estos sitios las he visto golpeadas o aplastadas,
hecho funesto (véase fotografía No. 3). Les gustan los lugares húmedos porque
puede moverse en estos con más facilidad, sus cuerpos resisten el frío, se suelen
ver en los periodos lluviosos, por lo general hacia el crepúsculo y en la
noche. Cuando el agua lluvia inunda sus moradas excavadas en el suelo se ve
forzada a abandonarlas y a buscar un mejor sitio. Es una especie endémica de la
altiplanicie cundiboyacense, pertenece
al grupo de las serpientes inofensivas. Las serpientes Sabaneras no son
venenosas, no muerden ni atacan a animales de mayor tamaño; al enroscarse en un
tallo, en una rama, no lo hacen con fuerza. Cuando perciben amenazas de otro
animal sus cuerpos expelen un olor fétido, que previene e induce a apartarse al
potencial agresor; también tienen la capacidad de moverse más rápido y escapar.
En ocasiones ante el peligro de ser objeto de violencia se aturde y permanece
quieta, adopta la apariencia de un tallo sin hojas, caído de un árbol. Los
prejuicios, el miedo y la ignorancia inducen a ciertas personas a matarlas
cuando las encuentran, lo cual es una acción violenta innecesaria, errada y
dañina. Es pertinente y educativo adelantar campañas públicas de conocimiento y
respeto de la serpiente Sabanera o Tierrera, de las ranas, sapos, caracoles, cangrejos y otros animales nativos de Bogotá y la Sabana. Esta
educación ecológica también compete a las cuadrillas de los trabajadores de las
empresas de aseo y del Jardín Botánico de Bogotá que cortan el césped, hacen
mantenimiento a los árboles y siembran otros, a los jardineros que prestan sus
servicios a diversos predios.
Los indígenas muiscas, quienes habitaban en la
altiplanicie cundiboyacense cuando llegaron los conquistadores españoles en el
siglo XVI, apreciaban y respetaban a las serpientes Sabaneras, para ellos era
un animal sagrado (recuérdese que Bachué y su hijo emergieron de la laguna de Iguaque, ubicada en Boyacá, y
regresaron ya adultos mayores a esta misma laguna, transformados en
serpientes). La figura de la serpiente Sabanera está muy presente en la
simbología de los muiscas, para ellos estas serpientes son un ejemplo de
sabiduría, y las relacionaban con el agua que consideraban una potencia
creadora y fértil. Los muiscas las pintaron en las rocas y en los recipientes
de la alfarería que fabricaban, junto a ranas, sapos, peces y corrientes de
agua.
Anexo a este escrito un
video que una señora efectuó hace más de un mes cuando les hablaba a unas niñas
sobre una serpiente Sabanera que habían hallado en un prado cercano al Canal
del río San Francisco (denominado por los Muiscas río Vicachá), entre las Carreras
62 y 63 de Bogotá), sin percatarme de su realización Deseo anotar que recuerdo
haber visto esta serpiente en otros sitios de la ciudad de Bogotá como en el
Parque Metropolitano Simón Bolívar, en el parque de la Biblioteca Pública
Virgilio Barco y en los terrenos de la Universidad Nacional de Colombia. En
Bogotá la serpiente Sabanera o Tierrera se halla en peligro de extinción por
las construcciones diversas que se realizan, la disminución de las áreas
verdes, la contaminación y las agresiones de que es objeto; es un reptil que es
nativo, inofensivo y que debemos respetar.
La serpiente Atractus crassicaudatus no debe confundirse con la homónima culebra Sabanera (Erythrolamprus epinephelus bimaculatus), la cual presenta el vientre de color rosado pálido en el que se intercalan escamas negras y rojizas, el dorso es de color verde con escamas negras, tiene franjas negras con escamas rojas, la lengua es negra. La culebra Sabanera puede alcanzar una longitud de 80 cms., también es nativa de la sabana cundiboyacense. Reside en pastizales de páramos, bosques húmedos altoandinos, en espacios ribereños cerca de la alta montaña. Suele estar en el suelo, entre la hojarasca, puede trepar a los árboles y nadar, en este hábitat busca alimentarse de ranas, renacuajos, sapos, insectos, lagartijas. Esta culebra puede introducirse en la tierra del suelo, hacer túneles con la intención de refugiarse y para escapar en caso de peligro. Tiene la capacidad de levantar la parte de anterior del cuerpo y aplanar las costillas del cuello con el propósito de intimidar a quienes la atacan, esta actitud no la asume la Atractus crassicaudatus.
Orlando
Beltrán M.
Bogotá,
mayo 15 de 2023.
Bibliografía
consultada.
Relatos
de la fauna silvestre en Bogotá. Guía de campo. Primera edición, noviembre de 2019. Bogotá. Secretaría de Cultura Recreación y
Deporte. Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá. 2019.
R. Felipe Patermina. Víctor
H. Capera-M. “Atractus crassicaudatus-Serpiente sabanera.” Catálogo de anfibios y reptiles de Colombia 3(2): 7-13. Consultado el 20 de noviembre de 2020.
www.colsalle.edu.co/web/index.php/noticias/91-la-serpiente-sabanera-
www.es.wikipedia.org/wiki/Atractus_crassicaudatus
Fotografías
Fotografía No. 1
Fotografía No. 2
Fotografía No. 3