Autor: Orlando Beltrán Moreno.
!Oh, Icaro!
La Luna con apariencia de banano.
Mira la Luna que esta
noche hay en el firmamento.
Parece un banano allí
suspendido de modo misterioso.
Dan ganas de agarrarlo,
pelarlo, cortarlo en rodajas,
regarlo en un recipiente con un poco de leche
de la Vía Láctea.
Aderezarlo con avena en
hojuelas, gotas de miel y unas fresas; mezclar y comer.
Muchos seres podrían
participar de este refrigerio galáctico.
Bogotá, Enero de 2016.
Canto súbito y estimulante.
Al borde de la ventana de
la habitación donde estudiaba vino a posarse un gorrión,
su parada fue imprevista,
pasajera.
Oteó su entorno para percatar
cualquier inconveniente.
Sacudió su cuerpo y lo
irguió, emitió un canto en volumen alto.
Concluido éste, miró a un
lado y otro, voló.
Canto armonioso el que
brindó este tenor, sin pedir nada a cambio.
Como llegó se marchó.
Quieto lo escuché y
observé desde el interior de la habitación,
conmovido y estimulado me
ha dejado.
Bogotá, Mayo de 2016,
Septiembre de 2019.
El
ciprés
es verde, moreno, flaco.
Aunque lo plantaron en una franja de tierra estrecha,
sin
profundidad y entre límites sólidos, con un propósito ornamental,
su talla y porte inspira respeto.
Crece lento, derecho, apretado, firme,
Las corrientes de viento lo hacen danzar, lo sacuden.
Cuando los rayos solares lo iluminan
proyecta una sombra delgada, alargada.
Pocas aves lo visitan e ingresan a su interior.
Vive solo, con severidad, sin arredrarse.
No se ha torcido, es noble, de madera buena.
Ha sabido enfrentar las circunstancias del espacio donde
lo plantaron.
Persevera en vivir, continua desarrollándose, es tenaz.
Bogotá, noviembre de 2022
Maniquí
con el vestuario creado por modistas habilidosas para la
temporada.
Maniquí arreglado para seducir y sugerir a los clientes:
“Señoritas, en este almacén que me exhibe en su vitrina
podéis comprar el vestuario y los accesorios que porto”.
Maniquí vestido semejando una mujer joven,
eres una armazón material, carente de espíritu, de
sentimientos.
Así te vistan semejando una mujer joven no tienes
vitalidad, inteligencia.
Eres un objeto simple, tieso, frío.
El incendio que la mirada de una mujer guapa ocasiona, no lo generas.
Bogotá, diciembre de 2022
Flores
Esbeltas, bellas, perfumadas en el jardín.
Al cortarse fueron separadas de su fuente vital.
Hoy descansan mustias en el florero.
Así mi cuerpo en la silla,
donde me siento a leer, a escribir.
Al levantarme me duele en diferentes partes,
las fuerzas, el ánimo están gastados.
La vida humana se consume,
cada día que vivimos.
Nos acercamos al otro extremo,
de manera ineludible.
Pero, podría sucedernos un corte abrupto,
en cualquier momento, en cualquier lugar.
Terminar nuestra vida.
Bogotá, junio de 2023
Pasando
Pasa el viento estrellándose contra los muros y las ventanas, ululando.
Cae una llovizna cansona, fastidia y humedece lo que encuentra.
Pasa el mirlo con una ramita en su pico.
Pasa el joven con su perro, a caminar y a que efectúe sus necesidades fisiológicas.
Pasa una pareja de adultos, conversando, a realizar sus diligencias personales.
Pasan las moscas, con sus vuelos acrobáticos, tanteando las cosas en las que paran.
Así, va pasando nuestra vida cada día: mirando, andando por aquí y por allá.
Hablamos, leemos, caminamos, negociamos;
comemos y bebemos, hasta hartarnos.
Decidimos estar quietos, callados, reposar.
Pero, en cualquier momento las Parcas pueden asaltarnos.
Bogotá, agosto de 2023
Río Vicachá, sois un ser vivo.
Río Vicachá, los Muiscas sabían utilizar tus aguas,
cuando vivían en libertad te apreciaban y hacían ofrendas.
Río has sido importante en la historia de Bacatá.
Pasas por estados diferentes, a veces el caudal de agua que llevas es flaco, fluyes mansito.
En otras se te observa más nutrido, agitado, fuerte.
En las noches las luces de las bombillas del alumbrado urbano,
las de la Luna y las estrellas se reflejan en tus aguas.
Cuando llueve en los cerros orientales y en el centro de la ciudad el caudal es abundante,
tu corriente es vigorosa, sonora.
Al caer en Bacatá un aguacero crecen tus aguas y ocupas toda la capacidad del canal,
tus aguas braman, son impetuosas, llegas a rebosarlo,
los taludes de piedra y tierra de las rondas te contienen.
Al menguar la lluvia, río vuelven a fluir tus aguas menos revoltosas,
lentamente disminuye su volumen y te mueves calmado.
Tus aguas continúan su viaje hasta desembocar en el Río Grande.
Bogotá, diciembre de 2023
Malba.
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