Algunas
anotaciones sobre el barrio Pablo VI de Bogotá.
Fotografía No.2.

Fotografía No.
5.
El barrio Pablo VI
está constituido por bloques de apartamentos de cinco pisos que fueron
construidos en dos etapas diferentes, hace parte de la localidad de
Teusaquillo, y está ubicado en una zona central de la ciudad de Bogotá, hacia
el occidente. Se encuentra localizado entre la Av. Calle 53 y la Calle 59,
entre la Carrera 50 y la Carrera 60. En
1966 se le denominó “Unidad Habitacional Pablo VI” a la primera etapa,
compuesta por 1119 apartamentos multifamiliares, y fue un proyecto del
Instituto de Crédito Territorial[1] diseñado
por los arquitectos Eduardo Londoño Arango y Gabriel Pardo. Tiene buenos
espacios públicos, amplias zonas verdes, 80 locales comerciales y vías
vehiculares internas, el acceso a los bloques de apartamentos y a los prados es
abierto y libre (debido a robos en los apartamentos y el hurto de automóviles
este se ha limitado). La Unidad Habitacional Pablo VI hizo parte de las obras
vinculadas a la realización en Bogotá del XXXIX Congreso Eucarístico
Internacional en agosto de 1968 y con la visita del pontífice Paulo VI a la
ciudad. Este conjunto de bloques de apartamentos multifamiliares fue tomado
como un referente urbanístico para los que son construidos en Bogotá en las dos
décadas siguientes[2].
Los apartamentos de
la primera etapa de Pablo VI son de diferente área de construcción, los hay de
dos niveles, algunos tienen garaje privado (cubierto), las fachadas de los
bloques pañetadas y pintadas de blanco (en los primeros años), transcurridos
varios años sus propietarios decidieron pintarlas de colores diferentes, de
acuerdo a las zonas que conforman el conjunto de bloques de apartamentos:
amarillos, azules, verdes y vino tinto. La primera etapa dispone de 80 locales
comerciales en los primeros niveles de los bloques que tienen al frente vías vehiculares
y/o la plazoleta principal, esto ha implicado que no tengan garajes privados
(véase fotografía No.1). Los apartamentos de la segunda etapa o sector se empezaron
a entregar a sus propietarios en 1975, la mayor parte la construyeron el
Instituto de Crédito Territorial y la Caja de la Vivienda Militar, FAVIDI
construyó dos bloques de apartamentos. En el segundo sector se construyeron en
total 1208 apartamentos y 60 locales para comercio. En el segundo sector los
apartamentos son de un nivel, de distinta área de construcción, sus fachadas
son en ladrillo a la vista y no poseen un garaje privado sino estacionamientos
a cielo abierto y colectivos, donde cada residente con carro lo estaciona en el
espacio vehicular que encuentre libre. La segunda etapa mantiene el acceso
abierto de la primera, aunque ante la ocurrencia de hechos delictivos contra
bienes de la propiedad privada también lo ha restringido. En ambas etapas
faltan estacionamientos que den cabida a los carros que poseen los residentes,
se nota que hay exceso de estos. Ambas etapas disponen de amplias zonas verdes
con árboles sembrados y jardines, con canchas para practicar varios deportes y
mobiliario para que jueguen los niños (véase fotografías Nos.2 y 3); este tipo
de barrios ya no se construyen en Bogotá[3]. El
segundo sector también cuenta con comercio en los primeros pisos sobre su vía
principal y alrededor de su plazoleta. En la primera etapa hay más locales
comerciales que en la segunda, además tiene Bancos, un supermercado, servicios
de comunicaciones (tuvo una oficina de TELECOM), una cancha de fútbol, una
Iglesia con despacho parroquial y habitaciones para los sacerdotes[4].
Esto hace que tenga un mayor número de personas y carros circulando por sus andenes
y vías, personas de otros barrios vecinos vienen aquí a efectuar algunas
compras y diligencias personales. Ambas etapas tienen andenes de aceptables
dimensiones y sus plazoletas, en estas últimas los vecinos se encuentran,
conversan, se asolean y tienen lugar exposiciones y venta temporales de algunos
productos en toldos que se arman y desmontan con facilidad. Cada etapa cuenta con
salones comunales y administraciones propias.
En los últimos años
los propietarios de los apartamentos de algunos bloques de la primera etapa de
Pablo VI han decidido de común acuerdo instalar ascensores en el área
comunitaria de su escalera principal para tener otra opción más cómoda para
desplazarse internamente, aunque alterando la estética de sus fachadas y
restándole iluminación de luz solar a su escalera. En Pablo VI segunda etapa se
construyó un reloj solar en la plazoleta, obra que indica que allí han residido
ciudadanos que les ha interesado la astronomía y que apoyaron la construcción de
este reloj, que desafortunadamente son pocos en Bogotá (véase fotografía No.4).
Este tipo de barrios podrían también aprovechar la energía solar en sus
apartamentos para calentar el agua y la calefacción teniendo paneles solares en
sus techos, esta energía está a la mano y no la hemos sabido aprovechar: no
contamina, es renovable y económica. También considero resaltable que en el
segundo sector haya una biblioteca, un gimnasio en la edificación comunal y que
en un salón de ésta, se proyecten semanalmente películas de cine que escogen y promueven
cinéfilos que residen allí (véase fotografía No.5).
Las áreas verdes
amplias con las que fueron diseñadas y dotadas la primera y segunda etapas de
este barrio lo diferencian de otros, contribuyen a que la residencia aquí sea
apacible y que el aire que se respira sea poco contaminado. Por otra parte, el
barrio Pablo VI tiene la peculiaridad de contar con los siguientes vecinos y de
aprovechar lo que brindan a los ciudadanos: por el occidente están la
Biblioteca Pública Virgilio Barco y el parque que la alberga, el Parque
Metropolitano Simón Bolívar; por el norte el barrio El Quirinal, el Centro de
Alto Rendimiento de Coldeportes, el Palacio de los Deportes; por el nor-oriente
el Complejo Acuático de Bogotá, el Parque El Lago; por el oriente al barrio Nicolás
de Federmán; por el sur-oriente la urbanización Rafael Núñez y la Universidad
Nacional de Colombia; por el sur el barrio La Esmeralda y el Centro
Administrativo Nacional (CAN). El barrio Pablo VI dispone en sus alrededores de
vías de segundo orden y de avenidas para la movilidad y el transporte de sus
propietarios y residentes, además tiene una ubicación central en Bogotá que lo
hace apetecido para habitar. En el barrio pueden morar aproximadamente unas 10.500
personas.
Ante las acciones delictivas contra la vida,
los bienes de valor de los residentes y el mobiliario comunal, éstos y las
administraciones han optado por colocar vallas, rejas, talanqueras, una red de
cámaras de seguridad, muros para controlar la circulación de personas que no
residen en los apartamentos y de vehículos, y por un servicio contratado de
vigilancia privada. Estas obras han afectado la existencia cotidiana de sus
habitantes, la estética del barrio, la movilidad, han dividido y aislado zonas,
han generado sensaciones desagradables como la desconfianza y el convencimiento
de la necesidad de vivir con el máximo de cerramientos y de medidas de
seguridad.
La segunda etapa del
barrio Pablo VI se ha visto también perjudicada por las actividades masivas,
como lo conciertos musicales, que se realizan en la plaza de eventos del Parque
Metropolitano Simón Bolívar, que generan restricciones en la movilidad,
congestión vehicular, aumento del número de personas desplazándose, desmanes de
grupos de individuos contra la propiedad privada, conflictos y riñas, presencia
de vendedores ambulantes y mucho ruido. Esta situación también incide
negativamente en las actividades que se desarrollan en la Biblioteca Pública Virgilio
Barco y afecta a sus usuarios. No obstante, el barrio Pablo VI sigue siendo
atractivo para residir, sus apartamentos suelen venderse o arrendarse sin
esperar mucho tiempo.
Orlando Beltrán Moreno.
Bogotá,
Julio 19 de 2015.
Fotografía No.1.
Pablo VI primera etapa, vista de su plazoleta
principal con su fuente de agua que la adorna y la anima, la circundan franjas
sembradas de plantas. Más atrás hay varios árboles plantados, a la izquierda se
observan apartamentos de unos bloques que tienen su fachada pintada de color
vino tinto y a la derecha apartamentos pintados de color verde. En los primeros
pisos que tienen vista hacia la plazoleta y la vía vehicular se ven los locales
con su comercio. En la plazoleta se aprecian unas pocas personas sentadas en
los muros bajos que rodean la fuente, también hay bancas de madera para
sentarse. El cruce vial interno es el más importante de Pablo VI primera etapa.

Esta es el área verde y deportiva más grande de Pablo VI primera etapa. Visual desde la parte superior de un tanque de abastecimiento de agua potable, ubicado en el norte de este lugar, se observan una cancha de baloncesto con sus postes de concreto para suministrar el alumbrado de energía, una cancha de fútbol en un entorno con árboles plantados. La cancha de fútbol ha sido resguardada con una cerca de malla metálica, años atrás el acceso era abierto a este campo amplio. A la izquierda se observa una parte de un bloque de apartamentos que tiene su fachada pintada de color verde, al fondo se ven partes de bloques de apartamentos pintados de color vino tinto, un poco más hacia la derecha se encuentra la iglesia.
Fotografía No.3.
Se
contempla aquí uno de los amplios terrenos verdes de los que dispone Pablo VI
segunda etapa hacia la parte occidental. Tiene instalado algunos muebles
metálicos de juegos para niños y árboles de talla entre mediana y pequeña que
no generan problemas mayores a los cimientos de los bloques de apartamentos que
están próximos, no obstante, éstos deben seleccionarse y sembrarse retirados de
los edificios. Para los residentes de los apartamentos de este lugar es
agradable habitar teniendo a su lado un campo de estas características. Por
otra parte, posibilita que los apartamentos tengan buen aire y que reciban en
el curso del día luz solar a través de sus ventanas. Un terreno como estos le
aporta un valor significativo a los apartamentos que lo circundan.
Fotografía No.4.
Pablo
VI segunda etapa. En un primer plano se observan la plazoleta principal con su
reloj solar y los cuatro puntos cardinales señalados con pequeñas pilastras, se
ven bancas de concreto para sentarse, se aprecia luego un tanque de
abastecimiento de agua potable, construido con ladrillo y concreto, que sirve
también de tarima fija para actos cívicos, artísticos, comunales y políticos.
Tres astas metálicas se colocaron aquí para izar las banderas de la república,
la ciudad capital y del sector del barrio. Se observan jardines que la adornan
y árboles plantados que hacen acogedor el lugar. El alumbrado eléctrico se
brinda con faroles metálicos de unos tres metros de altura. En los alrededores
se aprecian algunas partes de los bloques de apartamentos de cinco pisos con
sus fachadas construidas con ladrillo a la vista. En los primeros pisos hay
locales con comercio variado.
Al fondo se puede ver la edificación comunal
de Pablo VI segunda etapa, de un piso, con fachada de ladrillo y su tejado; se
identifica con la nomenclatura Carrera 44 No. 56-36. A la derecha está el
pasaje peatonal cementado y con árboles plantados en espacios determinados, que
comunica esta segunda etapa del barrio con la primera. A la izquierda se observa
una cancha para jugar tenis, un área verde que tiene una cancha para jugar
voleibol en un terreno hecho con arena blanca, en la parte central hay un
frontón doble para practicar tenis y bancas en puntos variados para quienes
deseen sentarse. Este espacio comunitario y social tiene sus postes de concreto
que le suministran alumbrado eléctrico en la noche. También se aprecia al
fondo, a la izquierda, la fachada de ladrillo de unos edificios del Conjunto
Residencial Balcones de Pablo VI, construidos años después de la segunda etapa
de Pablo VI en un terreno que hacía parte del barrio.
[1] Véase Luis Carlos Colón Llamas (investigación y textos). Bogotá. Vuelo al pasado. Primera edición , Julio de 2010. Bogotá. Alcaldía Mayor de Bogotá. Instituto Geográfico Agustín Codazzi. Villegas Editores. 2010. p.131.
[2] Véase Fabio Zambrano Pantoja. Historia de Bogotá. Siglo XX. Vol.3. Bogotá. Alcaldía Mayor de Bogotá. Villegas Editores. 2007. p. 77.
[3] Se volvió un hábito de los dueños de las empresas constructores sacarle el mayor provecho económico a los lotes de terreno donde edifican torres de apartamentos que son denominados conjuntos residenciales; los diseños arquitectónicos que prefieren lamentablemente dejan el mínimo de áreas comunes, sociales, verdes y recreativas, los afectados son los residentes.
[4] En Pablo VI primera etapa la iglesia y la edificación anexa fueron construidos después de los bloques de apartamentos, gracias a dineros de los propietarios y residentes.
[5] Estas fotografías fueron realizadas por Orlando Beltrán Moreno con una cámara digital.
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