Orlando Beltrán Moreno.
jueves, 24 de diciembre de 2015
Orlando Beltrán Moreno.
jueves, 13 de agosto de 2015
La Biblioteca Pública Virgilio Barco y el parque que la contiene.
El parque y el centro cultural
construidos enriquecieron aún más la infraestructura urbana, recreativa,
deportiva y educativa de esta parte de la ciudad capital, consolidó al Parque
Metropolitano Simón Bolívar y su área verde que es central e importante para
Bogotá [2], se integran acertadamente al Plan Maestro del Parque Metropolitano
Simón Bolívar. Obviamente la construcción del centro cultural y del parque que
la alberga valorizó más su entorno y fue un aporte urbanístico valioso para la
ciudad y sus ciudadanos, erigió un espacio público de calidad y que es bello
(véase fotografía No.1). Este tipo de obras públicas son necesarias,
renovadoras, benéficas y útiles construirlas en otras zonas de Bogotá que
carecen de ellas, prestan servicios culturales, educativos, artísticos,
informativos, recreativos y de reunión social, que son provechosos para una
sociedad que pretende ser democrática, ayudan a convivir mejor; estos centros
culturales contribuyen a que los ciudadanos tengan la posibilidad de un
desarrollo humano más integral. Estos edificios culturales públicos han
descentralizado en Bogotá la demanda de espacios de lectura, de artes, de
música, de teatro, de cine y para otros eventos culturales; los variados
servicios educativos, artísticos y culturales que en estos se ofrecen de manera
gratuita los hacen accesibles a los ciudadanos y les ofrecen otras alternativas
de recreación, de cultivar su razón. Estas obras desmienten a quienes
consideran que sólo lo privado es lo que posee calidad, lo público puede y debe
ser de calidad buena en una democracia genuina, que no segregue y excluya a
ciudadanos, que no acepte la corrupción, los desfalcos, los fraudes, ni
malgastar los dineros públicos en obras mal hechas, inadecuadas, inconclusas.
En mi escrito sobre el centro
cultural y el parque que la contiene vuelvo sobre los recuerdos que tengo de
ellos al frecuentarlos en diversos días durante los catorce años que llevan
abiertos al público de la ciudad, para mi persona la biblioteca se ha tornado importante
como habitante bogotano de las localidades de Barrios Unidos y Teusaquillo y
como ser humano que se ocupa de leer, escribir y estudiar. La exposición de lo
que he escrito al respecto la voy a desarrollar en los siguientes apartados: 1.
La biblioteca y el parque. 2. El lago ceremonial y la ludoteca. 3. Reflexión
final.
La construcción del centro cultural y el parque me generó expectación,
como años antes me la causó la creación del Parque Metropolitano Simón Bolívar
(otra obra paisajista y arquitectónica sobresaliente, a pesar de que no se
hicieron todas las obras planeadas originalmente por los arquitectos de la
Facultad de Arquitectura de la Universidad Nacional de Colombia, sede Bogotá),
el lote de terreno, que tiene forma de triángulo escaleno, fue un depósito de
residuos constructivos de dicho Parque al que es próximo por el costado
oriental. La tierra y los escombros fueron apisonados y el nivel del lote
obviamente sufrió alteración respecto del piso del andén perimetral, toda la masa
térrea fue dejada asentar varios años. En 1999 empezó la construcción de la
biblioteca y el parque de manera progresiva, lo cual implicó horadar y
transformar este montículo levantado; cuando pasaba por el lugar miraba cómo
evolucionaba la construcción de este proyecto arquitectónico, cultural y paisajístico. La
inauguración de la biblioteca acaeció en diciembre 20 de 2001, cuando se abrió
al público vine a conocerla, a caminarla; me sorprendió favorablemente el
diseño arquitectónico hecho por Rogelio Salmona [3]. Su diseño ofrece a los
usuarios distintos espacios para que puedan leer, escribir o estudiar de manera
satisfactoria; el usuario puede escoger el puesto que más le agrade y sirva para
su labor intelectual.
Me agradó mucho que la biblioteca estuviera en un parque de topografía
variada y para recreación pasiva, también diseñado por el arquitecto Salmona,
con corrientes y espejos de agua fluyendo en su proximidad y animando al
edificio y al parque, con jardines y árboles jóvenes plantados de acuerdo al
diseño paisajista y a una selección diversa de especies vegetales. El parque
tiene taludes resultantes de las horadaciones efectuadas en el lote de terreno
para diferentes propósitos, en su suelo fue sembrado un césped apropiado y se
construyó una red de senderos peatonales y un andén amplio que circunda el
conjunto. Tanto los senderos como el andén se construyeron con baldosas
cuadradas, pequeñas (fabricadas con el mismo material de los ladrillos), que
armonizan bien con la fachada de ladrillo a la vista del centro cultural edificado.
En los primeros meses de apertura al público de
la biblioteca era muy agradable leer y efectuar apuntes a mano porque había un
ambiente cortés en las salas y se respetaba a quienes leían, escribían o
estudiaban, los usuarios eran pocos, por otra parte, existían empleados que se
preocupaban por atender y orientar bien a los ciudadanos y por mantener el
orden y un comportamiento adecuado en su interior. El mobiliario de la
biblioteca era nuevo y cómodo, la iluminación y la ventilación son adecuados
para la lectura y la escritura en las salas (véase fotografía No.2). Los pisos
en madera le dan calidez a las salas y contrastan bien con el ladrillo de las
paredes y el hormigón armado de las columnas y placas (el cual fue vaciado con
destreza porque sus superficies son parejas, no tienen rebabas abultadas ni
huecos vastos). Este ambiente propicio para la lectura, la escritura y el
estudio se ha deteriorado por comportamientos maleducados de usuarios y
empleados, y por acciones equivocadas y omisiones de quienes manejan la
biblioteca y controlan el funcionamiento de las salas. Puestos de lectura
ubicados en el primer nivel al costado oriental de la Sala general de lectura (encajados
en la pared, los cuales están divididos de manera simétrica por columnas cilíndricas),
han sido tomados de modo arbitrario y descomedido con los lectores para
instalar puestos de labores de empleados de la biblioteca con escritorios,
teléfonos fijos, computadores, archivadores, que generan ruidos y charlas que fastidian
(véase fotografía No.3). Molesta al lector y a quien estudia en las salas los
timbres telefónicos, las conversaciones en voz alta (inclusive las que suceden
en el pasillo del tercer nivel donde hay oficinas administrativas), las
personas que caminan por las salas charlando y riendo y estrépitos (como los
producidos por grupos de músicos y sus amplificadores de sonido en el Parque
Metropolitano Simón Bolívar, por los propietarios de equipos de sonido que
reproducen música grabada cerca de la biblioteca en vehículos, en reuniones
efectuadas al aire libre).
Los usuarios de la biblioteca pueden acceder de manera abierta y directa a los libros que les interesan leer porque están colocados ordenadamente y numerados en estantes en las salas, según los campos del saber humano, de las Artes, de las tecnologías, de oficios, etc. Consultando previamente el catálogo informático de la biblioteca, el cual se puede examinar en la red de computadores dispuesta para los usuarios para tal propósito, se puede saber si el libro que se busca lo tiene la biblioteca, si lo posee y está disponible, con su número topográfico puede buscarse y leerse en una mesa o silla. Las lámparas que proporcionan luz eléctrica en varias mesas de la Sala general de lectura están dañadas hace tiempo, los usuarios esperan y solicitan que pronto las arreglen porque son muy útiles cuando los días son obscuros y en la noche. En la Sala de Literatura varios tubos fluorescentes ubicados en la parte superior de los puestos de lectura individual tampoco sirven.
Considero discutible que la
administración anterior haya suprimido una sala de trabajo individual que tenía
un conjunto de cubículos en madera y vidrio, hace dos meses aproximadamente,
sin consultarle a los usuarios, en vez de ser mejorada y promocionar su
existencia [4] y buen uso. Estimo que hay
usuarios de la biblioteca, investigadores, que prefieren trabajar solos y en
silencio. Durante el trabajo de desmonte de los cubículos se causó daño a una
columna que supongo se reparará apropiadamente y que no se dejara deteriorada.
Es criticable la tendencia de la administración anterior de la biblioteca de disminuir
puestos de trabajo individuales a los usuarios.
Una vez que la biblioteca se
puso en funcionamiento para el público mi persona empezó a venir a ella a
conocer los libros que estaban disponibles para leer sobre los temas que en el
momento más me interesaban; la curiosidad y la sorpresa de encontrar títulos y
ediciones que no había consultado me hizo efectuar lecturas inesperadas. He
visto a lectores de diferentes edades absortos en la lectura de los libros que
leen, a veces expresan sus sentimientos. La calidad arquitectónica de la
biblioteca hace grato leer, escribir y estudiar en su interior; sus espacios
animan a los usuarios al estudio, a la reflexión, a crear. He aseverado en varias
oportunidades que la Arquitectura tiene una componente artística apreciable,
esto se constata en la Biblioteca Pública Virgilio Barco, su arquitectura es
rica en las estructuras, en los espacios y formas creados, en su disposición, en
el trabajo con el hormigón armado, el ladrillo, las baldosas y la madera (véase
fotografía No.4). El arquitecto Rogelio Salmona tuvo en cuenta muchos detalles
para su construcción, por ejemplo, supo ubicar la biblioteca y dotarla de
suficiente luz natural a través de las ventanas y lucarnas, en las superficies
parejas y visibles de las placas de hormigón armado se emplearon moldes para
dejar en bajo relieve unas series de triángulos isósceles alargados que se
tocan con el vértice que forman sus lados más largos en la mitad del lado más
corto del triángulo isósceles siguiente, esta series de triángulos se repiten a
una distancia simétrica. También emplea ladrillo moldeado para trazar líneas de
relieve en las paredes, para sustituir las aristas filudas de algunas paredes,
en los marcos de puertas, vanos y ventanas, para realizar tejidos de relieve
completo en paredes de dimensiones menores, para hacer el lomo de muros
pequeños. En la parte superior del centro cultural se pueden observar los
volúmenes orgánicos aterrazados que le conforman, relacionados a través de
espacios mediadores intersticiales, que les comunican y que se pueden caminar,
se ven las lucarnas, líneas quebradas y angulosas en la cara externa del techo
norte (construidas con ladrillos de un color oscuro), un auditorio con gradas
al aire libre hacia el costado sur, áreas pequeñas con plantas de jardín
sembradas, por otra parte, pueden contemplarse varios campos visuales en
derredor que se extienden hasta el horizonte.
El edificio del lado sur del
centro cultural, donde se encuentran en el tercer nivel una sala para
exposiciones de obras de arte y en el piso principal una sala amplia (múltiple)
que ha sido empleada para realizar actividades culturales diversas, tiene adjunto
a ésta, en el exterior y al aire libre, un auditorio pequeño construido en
hormigón armado, que es accesible desde el interior. En el primer nivel del
centro cultural se hallan tres salones de variadas dimensiones, una cafetería
pública, un salón de tareas para los estudiantes y otros usuarios, dos baños
públicos para mujeres y dos baños públicos para hombres. Estos salones y
espacios públicos comparten un vestíbulo que permite la circulación de las
personas y es un espacio mediador y de encuentro, dispone de una puerta por el
lado oriental que permite su ingreso y salida. Este vestíbulo tiene una
iluminación con luz solar en el día gracias al ventanal oriental, el cual posibilita
observar el espejo de agua y el paisaje externo (que se extiende hasta los
cerros orientales y el firmamento). Los tres salones de este nivel se han
empleado para la venta de libros, obras artísticas y musicales, artesanías; para
efectuar cursos, talleres, cafés literarios, lecturas y escrituras, clubes de
habilidades manuales, etc. Los baños ubicados en este primer nivel son para uso
del público que utiliza los diversos servicios del centro cultural, considero
que son estrechos e insuficientes (en particular cuando vienen un gran número
de personas), su ventilación no es satisfactoria.
Recorrer el parque y la
biblioteca, leer su arquitectura, observarlos en su relación e interacción, en
sus nexos con la ciudad, la Sabana de Bogotá, contemplar el paisaje con las montañas
al fondo, es un paseo agradable, posibilita conocer este espacio público
diseñado por un arquitecto que sabía de su profesión, que apreciaba la ciudad y
su entorno natural (véase fotografía No.5). Este centro cultural es uno de los
espacios públicos emblemáticos de la Bogotá contemporánea.
La biblioteca tiene una Sala
Infantil de Lectura separada de la Sala General, se llega a ésta desde la Sala
General atravesando el vestíbulo del segundo nivel [5] y un puente peatonal
cubierto que cruza el eje Norte-Sur del centro cultural. La Sala Infantil de Lectura
posee una forma rectangular, está en la parte occidental del centro cultural,
es un espacio diseñado de modo apropiado para que los niños y niñas lean de
manera agradable, cuenta con un mobiliario adecuado para el uso de ellos y
ellas. Las ventanas que posee esta Sala Infantil por sus lados oriental,
occidental y las lucarnas en la parte superior le proporcionan una buena
iluminación. En la parte media de esta Sala hay en el suelo un espacio
deprimido, donde los niños se pueden sentar sobre una banca de madera alargada
que lo bordea, adosada al piso en madera laminada de la sala, dotada de almohadillas
de espuma, con sus padres o acompañantes a leer o hacer otras actividades. La
Sala Infantil también tiene un espacio de Internet y Multimedia dotado de
quince computadores para uso exclusivo de los niños. En esta sala se encuentra
hacia el costado occidental una Sala de Lectura para Bebés, de forma redonda y
de dimensiones pequeñas. La Sala Infantil de Lectura dispone de una ludoteca,
un taller creativo y baños para los niños. En el exterior del costado
occidental de la Sala Infantil de Lectura hay un patio rectangular al aire
libre al cual se puede acceder desde el interior.
Venir a emplear los servicios
del centro cultural puede despertar el interés en los niños, jóvenes y adultos
por la lectura, la escritura, las ciencias, la literatura, las bellas artes, la
música. La seguridad en el parque y sus alrededores ha de ser permanente y
diligente para respaldar a los diversos usuarios que frecuentan el lugar, las
actividades que se realizan y por el adecuado uso del parque y del mobiliario
existente, requiere de control para que funcione de modo eficiente; estimo que no
se ha prestado de modo continuo y cabal. Al arquitecto Rogelio Salmona le
preocupaba que hubiese un oportuno mantenimiento de los espacios construidos, varias
veces estando mi persona leyendo en la biblioteca lo vi recorrerla acompañado, en
dos ocasiones me lo encontré caminando solo por el parque. Lamento que ciertas
corrientes y caídas de agua que fluían luego de la inauguración del centro
cultural hayan dejado de funcionar y no se hayan reparado, contribuían a la
animación y al ornato del conjunto de edificaciones y del parque. En mi opinión
la apropiada y oportuna conservación del centro cultural y del parque ha
decaído hace varios años, en algunos partes se observa deterioro físico y vandalismo.
Las filtraciones del agua lluvia en diferentes puntos del centro cultural son
consecuencia de su deterioro con el paso del tiempo y de deficiencias en las
placas de concreto construidas que han causado daños, molestias y gastos, y los
siguen ocasionando, se debe tratar de hacer arreglos bien ejecutados, con
materiales idóneos y que sean duraderos.
El servicio de vigilancia
interna que tiene actualmente la biblioteca es negligente con comportamientos
descorteses de usuarios en las salas de lectura, algunos vigilantes son pasivos
e indiferentes con éstos. Los empleados que atienden en las salas tampoco
intervienen para corregir estos comportamientos palurdos, ellos mismos a veces
se les ve charlando en grupo y haciendo su labor de modo negligente. Evitan así
tener disgustos y problemas con estos usuarios, pero no educando y permitiendo
que comportamientos anómalos se tornen habituales en el interior de la
biblioteca y que perturben a quienes laboran aplicados. Da la impresión que a
varios vigilantes y empleados la rutina diaria de su trabajo, la falta de convicción,
de motivación y de una supervisión efectiva del mismo los ha tornado laxos. En
ocasiones los usuarios perturbados son los que tienen levantarse e ir a
reconvenir a los que se comportan groseramente, suscitándose reacciones
negativas y disgustos.
Al visitar seguido la
biblioteca y el parque se han tornado en espacios apreciados por mi persona,
resulta agradable estar en ellos, utilizar los servicios que se ofrecen a sus
usuarios y participar en las actividades que se realizan. He tenido la
impresión que con el paso del tiempo el número de usuarios de la biblioteca ha
crecido, en la actualidad se están atendiendo en promedio unas 740 personas
diariamente. He conocido de vista a jóvenes hombres y mujeres colaborando
en las salas (varios de ellos estudiantes universitarios), curiosamente los
bibliotecarios no los he tratado ni conocido personalmente -tengo la impresión
que son pocos, que éstos se han marginado de las salas y que han estado
distantes de los usuarios y del trajín diario en las salas, situación que ha
propiciado fallas en estas. Deseo que el comportamiento de los usuarios,
empleados y vigilantes en las salas mejore. Para los usuarios de la biblioteca
ha de ser satisfactorio ir allí a leer, escribir o estudiar, juzgo que la
administración debe perseverar en propiciar que sientan gusto de estar en las
salas efectuando estas actividades, el diseño arquitectónico de la edificación
y el parque ya contribuyen a ello. Los usuarios también debemos colaborar a la
consecución de este propósito practicando la urbanidad y la cultura ciudadana
que conocemos.
El centro cultural y el parque tienen relaciones
significativas con la ciudad, con la Sabana de Bogotá, con las montañas, con
las nubes, con el cielo. El arquitecto integró de modo inteligente su proyecto
en el entorno. En un espacio central y declinado del camino peatonal que
conduce del costado oriental del parque al centro cultural, en el eje
Oriente-Occidente del diseño arquitectónico, se encuentra una escultura de
Eduardo Ramírez Villamizar, en hierro oxidado, que es un aporte artístico
relevante al lugar [6] (véase fotografía No.6), al
cual se incorpora de modo acertado, parece un ave grande (un cóndor) posada en
el suelo que mira hacia el oriente. Adjunto al andén perimetral del parque y al
borde del césped de éste se construyó una ciclovía que se introduce en él
ascendiendo por el costado oriental, prosigue en un corto trayecto plano y
desciende por el costado occidental del parque; las personas pueden circular
con sus bicicletas por las dos secciones de la ciclovía, en sentidos
contrarios, respetando las normas de tránsito y sin abusar de la velocidad para
evitar colisiones y atropellar a los peatones. Hay personas que les gusta venir
al parque de la biblioteca a caminar, a realizar gimnasia, a cambiar de
ambiente un rato y relajarse; es una falta de cultura ciudadana traer sus
mascotas a efectuar sus evacuaciones de vientre y no recoger sus excrementos,
también lo es liberarlos de tenerlos sujetados con sus correas. El parque es
accesible por los ciudadanos que se desplazan a pie por varios caminos, por sus
tres costados; para llegar al centro cultural por su entrada principal hay que
efectuar un recorrido particular, que estimula el deseo de arribar a él para
usar sus servicios y/o disfrutar de sus espacios construidos. Para introducirse
con automóvil al centro cultural y al parque sólo es factible por el Occidente,
movilizándose por la Carrera 60 en sentido sur – norte, ingresando al
estacionamiento vehicular localizado en el sótano.
2. El lago ceremonial
y la ludoteca.
En el extremo sur del eje Norte – Sur del
conjunto se encuentra un espacio abierto, circular, denominado “Lago
ceremonial”, constituido por un estanque central y una galería circulatoria
con cubierta plana, que es soportada por columnas, fabricadas estas dos últimas
con hormigón armado (véase fotografía No.7). Este espacio no se ha sabido
integrar al centro cultural, ha estado sub-utilizado durante varios años, aquí
se podrían efectuar exposiciones de artes plásticas, de artesanías, de plantas
y flores, presentaciones de grupos musicales, de mímica y danza, charlas,
reuniones sociales, rituales muiscas, etc.; en algunas de sus paredes se han
escrito palabras y pintado figuras (de modo subrepticio), signos. La galería
circulatoria y el estanque con sus dos canales en hormigón armado que
descargaban agua en él, sus jardines, lo hacen un espacio atractivo dentro del
parque, mantiene relación con el centro cultural a pesar de su autonomía y
separación, como la ludoteca que se halla un poco más allá; ambos hacen parte
de éste.
Del Lago ceremonial se pasa caminando un corto
trayecto a la ludoteca, ubicada hacia el Sur-Oriente del parque, ésta es un
volumen rectangular con superficies de vidrio por sus lados oriental y
occidental, de una planta con una sala, dotada de baños para niños, un puesto
de control y entrega de juegos y juguetes didácticos, con cuartos y un patio
pequeñito atrás a cielo abierto. La ludoteca tiene una cubierta en forma de
arco hecha de hormigón armado y con ladrillo a la vista, por ambas caras,
adicionalmente tiene adherida una galería circulatoria larga y con cubierta
plana, que sustentan columnas, hasta su Administración (véase fotografía No.8).
Entre las edificaciones de la ludoteca y su administración hay un pasaje
peatonal que las escinde. La ludoteca es manejada actualmente por el Instituto
de Recreación y Deporte de Bogotá, es un espacio que atiende niños de 11 meses
a 5 años para que jueguen, aprendan y fantaseen con juegos y juguetes
didácticos adecuados, dirigidos por pedagogos infantiles y personas que saben
de recreación infantil, han habido periodos de tiempo en que sus servicios han estado
suspendidos y cerrada.
3. Reflexión
final.
El parque y el centro cultural son espacios públicos de calidad de la
ciudad capital, brindan servicios que hacen grata la existencia de los
ciudadanos, que contribuyen a su formación, a su esparcimiento, a favorecer la
convivencia social y democrática, a satisfacer su derecho a la educación, a la
información, y a la recreación. Estimo que estos dos lugares son de lo más
bellos y útiles construidos para la ciudadanía de Bogotá en los últimos años,
en particular para los ciudadanos de las localidades que le son próximas, hay
que conocerles, emplear sus servicios, apreciarlos y cuidarlos. Si el ámbito de
la biblioteca es apropiado para leer, escribir y estudiar hay que aprovecharlo
para estas labores y ser fructífero en ellas. He conocido personas que vienen
de barrios distantes a utilizar algunos de sus servicios, critican que el
transporte público no opere mejor y las congestiones
vehiculares, el dinero y el tiempo que gastan en su movilidad. Es evidente que
hay sectores de la ciudad que necesitan estos centros culturales junto con otra
infraestructura pública. Los ciudadanos que habitamos en Bogotá tenemos que
solicitar que estas obras públicas que benefician y sirven a la comunidad en
general sean allí construidas, de acuerdo a un plan de obras prioritarias, bien
financiadas y realizadas; la participación y veeduría de los ciudadanos en la
adjudicación de las obras al mejor licitador y en su ejecución correcta es
conveniente. En Bogotá en las últimas décadas los edificios públicos y los
espacios de uso común de los ciudadanos son de dimensiones amplias y de factura
buena, han sido hechos con otros criterios estéticos y de acuerdo a diseños
arquitectónicos elaborados y de calidad. En la Bogotá contemporánea a lo
público se le ha reconocido la importancia que tiene en una sociedad
democrática [7], es objeto de una mejor atención y aprecio.
Orlando Beltrán Moreno.
Bogotá, D. C., Julio 11 de 2015.
No.1. La fachada oriental del
centro cultural en la cual se aprecian de izquierda a derecha los edificios de
Exposiciones de obras artísticas, del Auditorio, de la Sala de Música y la
biblioteca. Pueden observarse los volúmenes con sus varios niveles, sus
terrazas, las lucarnas y las formas variadas de los edificios del centro
cultural, con un diseño arquitectónico orgánico. También se ven los taludes
construidos en esta parte del parque, algunos de los árboles sembrados y el
césped parejo. Un sendero peatonal atraviesa los taludes, se ve a varias
personas caminando por él. La fotografía se realizó desde el borde del espejo
de agua mayor localizado en la parte oriental del Parque Metropolitano Virgilio
Barco.
No.3. Al fondo de esta sección
de la Sala general de lectura de la biblioteca se observa en la pared un puesto
de lectura para dos usuarios que abusivamente ha sido adoptado como puesto de
trabajo de un empleado. Se le ha añadido un escritorio con su silla, computador
de escritorio, teléfono fijo, tiene dos archivadores y objetos varios, todo
esto es como una oficina insertada de feo modo en este lugar de lectura. Con
otros puestos de lectura de esta sala ha sucedido algo parecido.
No.4. La Sala general de lectura desde la parte media del primer nivel, a la derecha se ve una escalera curva que asciende al siguiente nivel, al fondo puede mirarse una rampa en hormigón armado, un círculo construido en la pared que posibilita una mejor iluminación y ventilación en la Sala de Internet y Multimedia, una continuidad espacial y belleza arquitectónica en esta parte de la biblioteca. También son notables las curvas de las placas en hormigón armado de los niveles superiores y los rayos solares difundiéndose por el interior. Contemplar su arquitectura produce una satisfacción placentera.
No.5. Fachada nor-occidental de la biblioteca, se observa su forma semi-circular, el estanque que la rodea con esta forma y con el agua fluyendo, los prados del parque y los cerros orientales al fondo. Pueden apreciarse con claridad los relieves simétricos tejidos en la pared de ladrillos, los vanos de las ventanas, el balcón semi-circular en el segundo nivel, la azotea semi-circular del tercer nivel, las ventanas inclinadas de los niveles superiores. Fotografía tomada desde el nor-occidente del parque.
[1] La casa
donde residía en este año se localizaba en el barrio Quinta Mutis de la
localidad de Barrios Unidos; movilizándome por la Avenida Calle 63 hacia el
Occidente podía llegar expedito al parque y la Biblioteca Pública Virgilio
Barco.
[2] Considero más
preciso afirmar que aquí se construyó un centro
cultural porque son varios los edificios diseñados arquitectónicamente para
cumplir distintas funciones culturales
que se complementan. La biblioteca es el
edificio principal y el que a mi juicio tiene más calidad arquitectónica.
[3] En mi opinión el diseño
arquitectónico de la Biblioteca Pública Virgilio Barco se encuentra relacionado
con el de la Biblioteca “Ernesto Guhl Nimtz” del edificio de Post-Grados,
denominado “Rogelio Salmona”, de la Facultad de Ciencias Humanas de la
Universidad Nacional de Colombia, sede Bogotá, que el arquitecto Salmona
presentó a las directivas de la Universidad en Abril de 1996.
[4] Esta sala
por encontrarse en un lugar apartado del segundo nivel de la biblioteca no era
conocida por la mayoría de los usuarios.
[5] Este vestíbulo es amplio, es un espacio
mediador entre las edificaciones del centro cultural, posibilita la confluencia
de personas, que se encuentren y el tránsito de estas hacia los lugares de su
interés, tiene buena iluminación de luz solar y ventilación. El ventanal
oriental ofrece a los visitantes un panorama estupendo del paisaje externo, en
particular de los cerros orientales de Bogotá; el ventanal occidental permite
observar un patio a cielo abierto, dos caminos peatonales que permiten el
ingreso al centro cultural por la entrada principal, la fuente escalonada y el
lado oriental de la Sala Infantil de lectura.
[6] Es
deplorable que esta escultura no posea una placa con el nombre de su autor, su
título, el material en que se realizó y la fecha en que se construyó. Esta
carencia hay que subsanarla y evitar que sea dañada por personas con deficiente
civismo. El taller de Apreciación del Arte que se realiza en la
biblioteca podría promover el conocimiento de esta escultura y la obra
del escultor colombiano Eduardo Ramírez Villamizar (Pamplona, Santander, 1922 –
Bogotá, 2004); me ha sorprendido que los instructores de este taller la hayan
ignorado, mi persona la mencionó en varias ocasiones en este taller, hice
la anotación que le faltaba una placa que la identificara. Esta obra es
un ejemplo del arte abstracto, geométrico, simétrico que efectuaba Ramírez
Villamizar. El nombre dado a esta escultura
es “Homenaje Muisca (Homenaje a Virgilio Barco Vargas)”,
según lo indica la publicación del Instituto Distrital de Patrimonio Cultural
intitulada “Bogotá un museo a cielo
abierto. Guía de esculturas y monumentos conmemorativos en el espacio público”.
Vol. I. Bogotá. 2008. pág. 365.
[7] El historiador Fabio Zambrano Pantoja asevera a este respecto lo siguiente: "Ahora lo público es lo sagrado". En: Historia de Bogotá. Vol.3: Siglo XX. Bogotá. Alcaldía Mayor de Bogotá. Villegas Editores. 2007. p.12.
[8] Estas fotografías han sido
efectuadas por Orlando Beltrán Moreno con una cámara fotográfica digital.
jueves, 30 de julio de 2015
Algunas anotaciones sobre el barrio Pablo VI de Bogotá.
